Cuando se produce un accidente en el mar y alguna persona cae al agua, saber cómo actuar puede marcar la diferencia para un desenlace feliz. Aquí os dejamos algunas pautas importantes.
Aunque normalmente no pensamos en ellos cuando salimos a navegar, hay que tener en cuenta que pueden producirse accidentes que tengan como consecuencia la caída de una o varias personas al mar, por lo que nunca está de más saber cómo actuar en estos casos. Conocer una serie de claves de supervivencia en el mar puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, y de hecho existen muchas posibilidades de sobrevivir teniendo los conocimientos adecuados sobre cómo actuar.
Hay tres aspectos fundamentales que nunca hay que olvidar si nos caemos al agua: lo primero es obvio, mantener la calma; segundo, tratar de mantener la temperatura corporal; y tercero, evitar el gasto innecesario de energías.
Llevar una respiración pausada y constante es algo que nos ayudará a mantener la calma y superar el miedo y el estrés, teniendo en cuenta que si llevamos chaleco en el momento de caer el riesgo de ahogamiento es prácticamente nulo.
Salvo que haya algún objeto flotante cerca que nos pueda ayudar, no debemos nadar, ya que eso nos cansará en muy poco tiempo y no conseguiremos nada. El objetivo es llamar la atención para que vengan a rescatarnos y, si no es posible, mantenernos a flote con el mínimo gasto energético, lo que aumentará nuestro tiempo de supervivencia y minimizará el riesgo de hipotermia, algo en lo que, además de nuestras energías, influye la temperatura del agua.
Si estamos solos en el agua, adoptar una posición fetal es la mejor alternativa, aunque lo que se conoce popularmente como “hacerse el muerto” también nos permite flotar sin apenas esfuerzo. Si estamos varias personas, agruparnos nos permitirá darnos calor y reducir el riesgo de hipotermia.
Si llevamos ropa, es mejor no quitárnosla, ya que nos ayudará a mantener la temperatura corporal. Incluso ceñirla al cuerpo hará un efecto parecido al del neopreno, lo que nos vendrá muy bien.
Existe lo que se conoce como natación de supervivencia, muy útil en estos casos para descansar en el agua: en posición vertical, respiramos profundamente y metemos la cabeza en el agua estirando los brazos, lo que nos permite que descansen. Cuando tengamos que volver a respirar, con un leve movimiento de brazos y piernas nos mantendremos a flote.
En el caso de que el mar esté picado o con mucho oleaje, la mejor forma de afrontar las olas es de frente, es decir, coger aire, sumergirse en el agua, y dejar que la ola pase por encima de nosotros. Desde luego, es mucho mejor que no saber cuándo viene y que nos pille desprevenidos.
Como vemos, siguiendo estos simples consejos, aunque difíciles de poner en práctica en momentos de nervios y tensión, aumentaremos mucho las posibilidades de supervivencia en el mar.