Podemos señalar que Italia es la cuna de los seguros marítimos, siendo el documento más antiguo del que se tiene constancia uno guardado en Génova de 1347. Esta es la historia de los seguros marítimos.

El auge y consolidación del comercio en el mar Mediterráneo marca el origen de los seguros marítimos, que vienen a cubrir la necesidad de proteger a los transportistas que en aquella época iban de un puerto a otro intercambiando mercancías y propiciando el crecimiento de las ciudades. No obstante, el origen del seguro en sí es casi tan antiguo como la propia civilización humana.

En la época del Imperio Romano existía lo que se conocía como préstamo a la gruesa, que podemos considerar un antecedente de los seguros marítimos: una persona, normalmente el propietario del barco, tomaba a préstamo una suma igual al valor de la mercancía que se iba a transportar. Si llegaba correctamente a puerto, pagaba el capital más unos intereses pero si naufragaba no pagaba nada.

El documento más antiguo que se conserva sobre el origen de los seguros marítimos se encuentra en la ciudad italiana de Génova, en su Archivo Notarial, y data de 1347, protegiendo el navío “Santa Bárbara”, que hacía el trayecto Génova-Mallorca, de posibles accidentes, asaltos piratas o naufragios.

En este documento encontramos ya los elementos fundamentales de todo seguro y que siguen vigentes en nuestros días, como son el objeto sobre el que recae la garantía, el riesgo, la valoración para determinar el correspondiente pago de una prima y el tiempo de duración.

De similares fechas se conservan documentos en Pisa (1384) y Florencia (1397), iniciándose y consolidándose una tendencia que ha llegado hasta nuestros días. Los grandes navegantes de la época impulsaron los seguros marítimos, que lógicamente han evolucionado y se han organizado.

No cabe duda, como vemos, de que Italia es la cuna del seguro marítimo, aunque no hay que olvidar el papel que jugó España, especialmente Barcelona, como centro del derecho comercial en el Mediterráneo. Estas normas tuvieron evidentemente su consolidación con el comercio con América después de la hazaña de Cristóbal Colón.

¿Cómo funcionaban en aquella época? Pues el seguro marítimo estaba gestionado por particulares, normalmente mercaderes, que unas veces hacían la labor de aseguradoras y otras de asegurados, funcionando por medio de préstamos.

Los seguros eran una forma de establecer y unificar unas garantías de solidaridad para todas las expediciones comerciales, como una compensación, un balance, entre los viajes satisfactorios y los que tenían problemas. Así, hasta que a finales del siglo XVII surgen lo que podemos llamar modernas compañías aseguradoras.

Con la experiencia acumulada en el sector marítimo, hay que esperar hasta el siglo XVI para que los seguros se expandan a otros ramos. Así, la primera póliza de vida se extendió en Londres en 1583 y el primer seguro de incendios también en Londres en 1667.