Por muchas veces que hayamos visto en acción a los remolcadores nunca dejan de sorprendernos. Y es que a simple vista es prácticamente increíble que un barco pequeño pueda tirar de un barco mucho más grande y maniobrar con él con eficacia y precisión. Y esa es precisamente su función principal, clave en el día a día de los puertos: garantizar la seguridad y eficacia en la entrada, atraque y salida de embarcaciones, sin importar las condiciones climatológicas o el espacio disponible.

Se trata de barcos pequeños, de gran potencia y bajo centro de gravedad, lo que les permite desarrollar su labor con precisión, teniendo en cuenta fundamentalmente dos variables: el control constante de la velocidad del remolcador y de la fuerza de empuje que ejerce sobre el barco que remolca. Si alguno de estos dos elementos se pierde de vista, la operación no tendría éxito.

Entre los principales “clientes” de los remolcadores podemos encontrar buques de gran calado, cruceros, portacontenedores o remolques industriales y de carga. La entidad que agrupa a estos remolcadores es la Asociación Nacional de Remolcadores de España (www.anare.com) , donde están inscritas 32 empresas y que lleva dando servicio desde 1977, y cuya función principal es “la representación, gestión y defensa de los intereses comunes de los empresarios españoles” dedicados a esta actividad.

Los remolcadores desempeñan cuatro funciones principales, o más habituales: asistencia a los buques en las maniobras portuarias, como ya hemos señalado; remolque de embarcaciones o estructuras flotantes en mar abierto; prevención de la contaminación marina, gracias a su especial equipamiento; y rescate y salvamento en emergencias como incendios o vertidos de sustancias peligrosas.

Lo más normal es que en los remolcadores trabajen tres personas: el patrón, el jefe de máquinas y el llamado mecamar, un marino especialista que puede desempeñar funciones tanto en cubierta como en la sala de máquinas. No obstante, en trabajos o desplazamientos más largos, que superen las ocho horas, el personal se amplía con otras tres personas más a las órdenes del patrón.

¿Cómo se presenta el futuro de los remolcadores? Pues teniendo en cuenta su importante labor, el futuro pasa inevitablemente por la innovación tecnológica, la digitalización y el uso de remolcadores cada vez más sostenibles y menos contaminantes.