El Gobierno, en colaboración con la Comunidad Valenciana y la Unión Europea, ha desarrollado un protocolo de buenas prácticas medioambientales para la protección de la flora y fauna marina, enfocado al Mar Mediterráneo, pero aplicable al resto de nuestra costa. El objetivo es concienciar de la importancia de un comportamiento responsable que permita que cetáceos, tortugas y tiburones sigan cuidando y equilibrando nuestro ecosistema.
Este protocolo de buenas prácticas medioambientales para la protección de la flora y fauna marina se estructura en diferentes campos. En primer lugar, nos informa de cómo actuar si se detecta un animal en problemas, por ejemplo enredados en basuras o redes, heridos o muertos. La primero es llamar al 112, para activar la Red de Varamientos de la Comunidad Valenciana, que nos indicará cómo proceder.
Si se puede, hay que intentar aportar toda la información posible (peso y comportamiento del animal, rumbo, hora, especie, talla y peso aproximado), y es fundamental mantener la distancia de seguridad, no intentar alimentar al animal ni tirarse al agua para ayudarle, ya que puede poner en riesgo nuestra vida, y seguir en todo momento las instrucciones que nos den desde el 112.
En segundo lugar, las buenas prácticas medioambientales para la protección de la flora y fauna marina recogen una serie de consejos sobre nuestro comportamiento en el puerto: no verter residuos líquidos a las aguas de la dársena, gestionar responsablemente los residuos sólidos, usar productos de limpieza biodegradables, ser muy cuidadosos en la manipulación de aceites para la embarcación o realizar las labores de mantenimiento en las áreas especialmente dedicadas para ello.
En tercer y último lugar, se recogen una serie de buenas prácticas durante nuestra estancia en el mar: respetar las restricciones de fondeo, no arrojar residuos al mar, practicar actividades acuáticas de manera responsable y moderar la velocidad de la embarcación.
En el caso de avistamientos de fauna marina durante nuestra navegación, nuestra forma de actuar está regulada por el Real Decreto 1727/2007, del 21 de diciembre, y consiste fundamentalmente en respetar la distancia de seguridad, no tocar a los animales ni alimentarlos, y permitir su libre movimiento. Además, está prohibido separar a los miembros del grupo de cetáceos, producir sonidos o dar marcha atrás o navegar en círculos.
Este protocolo de buenas prácticas medioambientales para la protección de la flora y fauna marina pretende concienciar a todos, ya que de todos es la responsabilidad de cuidar de nuestro mar para poder disfrutarlo durante muchos años más.