Mantener en perfecto estado las velas de nuestra embarcación será fundamental para alargar su vida útil y garantizar una buena navegación. ¿Cómo debemos cuidarlas? En este post os lo contamos.

Son muy variados los factores que hacen que las velas de nuestra embarcación se vayan deteriorando con el paso del tiempo. El sol, la lluvia, la polución o el roce con el aparejo hacen que la vida útil de las velas se vaya reduciendo, por lo que ahora que estamos en pleno verano conviene hacer un repaso a las claves que nos ayudarán a mantener las velas en perfecto estado y alargar al máximo su utilidad.

Un aspecto fundamental es limpiar las velas con agua dulce para eliminar la sal y suciedad que se acumula en las costuras. Usando agua, jabón y un cepillo podemos frotar las velas para que se mantengan fuertes y flexibles.

Cuando no vayamos a navegar durante un tiempo es mejor quitar las velas que dejarlas a la intemperie, pero hay que hacerlo correctamente, enrollándolas o doblándolas con cuidado para que cuando se desplieguen estén en perfecto estado. Eso sí, si la quitamos es fundamental que las guardemos secas, porque la humedad y la oscuridad son el mejor aliado de los hongos.

De vez en cuando hay que revisar pacientemente las velas para encontrar posibles zonas rotas, quemadas o rozadas que haya que reparar. Hay algunas zonas más propensas que otras a sufrir este tipo de problemas, por lo que conviene hacer una inspección detallada.

Para la buena salud de las velas es fundamental también el estado de los elementos de sujeción, que no deben estar rotos ni dañados para un perfecto funcionamiento.

Es importante igualmente que la embarcación no navegue a más velocidad de la que las velas pueden aguantar, ya que eso podría dañarlas gravemente, especialmente si las velas son nuevas y no están adaptadas todavía.

Y para finalizar un consejo: no está de más llevar a bordo un kit de reparación con cinta adhesiva, hilo y aguja. Nos puede sacar de más de un apuro.