El sector pesquero espera con inquietud el inicio de las negociaciones que culminarán con la salida del Reino Unido de la Unión Europea, ya que gran parte de su futuro se juega en los próximos meses.

Esta es la pregunta que se está haciendo desde hace unos meses la mayor parte del sector pesquero español, después de la decisión tomada por Reino Unido de abandonar la Unión Europea, proceso de negociación que debe comenzar en unos meses y que tiene un futuro incierto ante lo insólito de la situación.

En un principio, el Brexit afectará al sector pesquero español en diferentes aspectos. Por ejemplo, en el acceso a los recursos y el llamado principio de estabilidad relativa, que ha afectado a los pescadores españoles desde la entrada de España en la Unión Europea en 1986. Ahora, sin embargo, puede ser una buena oportunidad para mejorar el reparto de cuotas y los totales admisibles de capturas.

La situación de la flota que pesca en aguas de Reino Unido va a cambiar, aunque de momento sólo hay incertidumbre sobre cómo. Qué pasará con los barcos que ahora faenan en aguas que dejarán de ser comunitarias, aunque en sentido inverso los barcos con pabellón británico también podrían ver cerrado su acceso a las aguas comunitarias; en qué situación quedarán las empresas armadoras españolas que cuentan con barcos de pabellón británico; o que pasará con los barcos que faenan en Gran Sol y que hasta ahora descargaban la mercancía en puertos británicos son sólo algunos de los puntos que se deberán aclarar.

El reparto de cuotas, acceso y gestión de las mismas; las tripulaciones en barcos con pabellón británico al finalizar la libre circulación de personas; el acceso a los mercados y el posible pago de aranceles por enviar las capturas a España; la situación de áreas de influencia británicas como las Islas Malvinas, donde operan buques de capital mixto; o la resolución de posibles conflictos son otros temas que esperan solución.

En definitiva, habrá que intentar llegar al mejor acuerdo posible para la flota española y buscar el lado positivo de esta situación extraordinaria, ya que puede ser buen momento para renegociar ciertas cosas y acordar el acceso de nuestra flota a los recursos pesqueros británicos a cambio de que Reino Unido tenga acceso al mercado que supone la Unión Europea. Aunque mucho nos tememos que no será ni fácil ni rápido.