Las lonjas son el lugar que marca el precio de pescados y mariscos, pero ¿de qué depende? ¿Se puede controlar el precio final? En este post os damos las claves.

Gran parte de la actividad pesquera en nuestro país gira alrededor de las lonjas, espacios situados en los puertos que sirven para vender en origen pescados y mariscos y, a su vez, para controlar la calidad y comercialización de los mismos. Son, por tanto, el primer y obligado punto de venta de pescados y mariscos.

Ese primer precio que se le da a los productos sacados del mar viene condicionado por diversos factores, que veremos a continuación, produciéndose una subasta con los distintos tipos de compradores que se pueden encontrar en las lonjas, desde comisionistas a cargo de grandes industrias o conserveras hasta el consumidor final.

Esa subasta normalmente es a la baja o también llamada holandesa, es decir, se parte de un precio que baja progresivamente hasta que un comprador cierra la compra.

En un principio se podría pensar que el precio depende de la ley de la oferta y la demanda, pero en realidad es algo mucho más complejo. Entre los factores que determinan el precio de pescados y mariscos en las lonjas están los siguientes:
Cantidad y calidad de pescados y mariscos. No siempre el precio está relacionado con la oferta existente, y de hecho puede haber variaciones del 25%.
El tamaño es uno de los factores más importantes, ya que por ejemplo en el caso de los moluscos cuanto más grande, más caro, aunque es verdad que hasta un determinado tamaño.
El porcentaje de merma que aplica cada lonja y que determinará en cuál de ellas los compradores se van a decidir a comprar. Si una lonja da un porcentaje en alguna especie ese provoca atracción entre los compradores, mientras que si ajusta en exceso el peso o incluye ejemplares en mal estado los compradores se van, ya que tendrían que asumir más costes.
El número de compradores presentes, ya que a más compradores precios más altos y viceversa.
Aunque en lonjas más pequeñas se podrían conseguir mejores precios, las grandes industrias y conserveras no se pueden arriesgar a quedar desabastecidas, por lo que acuden a lonjas más grandes y con más variedad de especies y tallas.
Cómo haya ido esa temporada, los factores ambientales de un determinado momento (contaminación, riadas, cambio de corrientes, etc) también influyen en el precio de las lonjas.
Por último, señalar un gran número de factores sociales (gustos del mercado), económicos (crisis, desempleo, furtivismo), institucionales (políticas pesqueras o modelos de gestión de los bancos naturales) o comerciales que influyen en el precio tanto de las lonjas como el que paga el consumidor final.