El futuro inmediato de la pesca estará marcado en Europa por aspectos como la obligación de desembarque o el Rendimiento Máximo Sostenible. Analizamos a continuación cómo se presenta el futuro para los pescadores españoles.
El año 2019 se antoja importante para el sector pesquero español, que tendrá que estar pendiente de diferentes frentes en los que se decidirá una parte fundamental de sus posibilidades de pesca. Vamos a repasar a continuación algunos de ellos y en qué momento se encuentran.
Uno de los que está generando mayor debate es la obligación de desembarque, que estará vigente a partir del 1 de enero a pesar de que ya se viene trabajando sobre ello sin aparentes dificultades. Su plena aplicación en 2020 estará cargada de retos, por lo que la Comisión Europea ha instado a todas las partes implicadas a seguir trabajando como hasta ahora, a la vez que sugiere una mayor provisión de fondos para facilitar el proceso.
El otro gran punto que centra el debate en el sector pesquero es la consecución del Rendimiento Máximo Sostenible de los caladeros europeos, fijado para 2020 pero que no se va a conseguir, aunque 2019 tiene que ser un año importante para avanzar en la buena dirección. Las mayores dificultades se centran en el Mar Negro (cinco de las seis poblaciones evaluadas están sobreexplotadas) y en el Mediterráneo (donde sólo un 13% no están sobreexplotadas).
En 2019 se seguirá avanzando también en el trabajo y desarrollo del Plan plurianual para la pesca demersal en el Mediterráneo, donde se proponen medidas especiales de protección para la pesca de especies demersales en el Mediterráneo central y oriental. Igualmente, se trabajará en otros planes plurianuales para el mar Báltico, mar del Norte, mar Adriático o mar Negro que se discutirán de forma separada.
La Comisión Europea espera que en 2019 se siga con los buenos resultados de la flota pesquera europea, tanto en rendimiento económico como en margen de beneficios, así como en las condiciones de trabajo de la flota. Y todo ello sin olvidarnos del Brexit, proceso del que todavía se desconocen las consecuencias pero que, por el momento, no está afectando a la planificación de un año 2019 con muchos frentes abiertos para el sector pesquero.