El sector pesquero español afronta el 2017 con diversos frentes abiertos que marcarán su futuro inmediato. En este post repasamos algunos de los más importantes.
Cuando han transcurrido los primeros días del nuevo año, el sector pesquero español comienza a habituarse a su nueva situación, marcada por los diversos frentes que tiene abiertos y cuya resolución determinará su futuro inmediato. Uno de ellos es la ampliación de los descartes desde el pasado 1 de enero, que ahora se impone también en el Mediterráneo para la pesca de la merluza y salmonete de ciertos buques con unos determinados umbrales de capturas; y en el Cantábrico y noroeste para la pesca de rape con el arte de rasco.
Las nuevas exigencias de la Unión Europa implican que la tripulación debe subir al barco todas las capturas, anotar las cantidades en el diario de a bordo y llevarlas a tierra, siendo las infracciones las mismas que en el año pasado.
La intención comunitaria es ampliar los descartes a todos los caladeros en el año 2019. Quedan dos años, pero el sector pesquero español mira con preocupación esa fecha y cómo se gestionará hasta entonces lo que se conoce como especies de estrangulamiento, que podría suponer que gran parte de la flota se queda amarrada muchos meses con la consiguiente pérdida económica.
La situación con Portugal es uno de los temas que más preocupan a los pescadores andaluces, ya que la delimitación marítima aplicada en el Golfo de Cádiz perjudica claramente los intereses de estos pescadores, que piden que esa zona sea compartida entre ambos países equitativamente.
Otro frente abierto sobre el que las cofradías han dado la voz de alarma es el de que no haya destino para las capturas fuera de cuota o que no lleguen a la talla mínima, ya que se prohíbe su consumo humano pero sí se pueden emplear para cosmética o piensos, con la consiguiente posibilidad de que surja un mercado paralelo e ilegal.
A nivel internacional, la flota española se encuentra con frentes abiertos por ejemplo con Chile, que se opone desde hace años al desembarco en sus puertos de los productos pesqueros, y con el boicot de las navieras al transporte de tiburones, lo que dificulta las exportaciones a otros mercados.
Como vemos, estos son algunos de los principales problemas a los que se enfrenta el sector pesquero español y que marcarán en buena medida la marcha del 2017.