Elementos como el Big Data, el uso de dispositivos móviles, la nube y muchos más están marcando el presente y serán claves para el futuro de los seguros. ¿A qué retos se enfrenta el sector?
El sector asegurador no es ajeno a la evolución tecnológica que vive la sociedad, o no debería serlo, y por lo tanto tiene ante sí importantes retos que marcarán su futuro inmediato y la forma en que se contratan, gestionan y tramitan, así como la relación con los clientes.
Uno de los aspectos que más posibilidades ofrece, podríamos decir que casi infinitas, es el Big Data, que supone un reto enorme para las compañías de seguros, ya que ahora tienen ante sí una ingente cantidad de datos sobre sus asegurados que deben analizar, organizar, clasificar y priorizar para obtener información que les permita adecuar su oferta a las necesidades y características de cada uno.
Los usuarios están cada vez más familiarizados con los dispositivos móviles, por lo que cada vez usan más internet, las redes sociales o las apps para hacer una reclamación, contratar un seguro o conseguir información. De la forma en que las aseguradoras gestionen todo este entorno dependerá en buena medida su éxito en el futuro.
El almacenamiento de todos esos datos, o de buena parte de ellos, en la nube es una ventaja para las aseguradoras, ya que pueden digitalizar su negocio de manera segura y obtener la información cuándo y dónde quieran.
¿Hemos dicho segura? Sobre este punto convendría matizar, ya que todo este entorno digital del que estamos hablando tiene como parte negativa todo lo referente a los ciberriesgos, por lo que campos como la ciberseguridad son primordiales hoy en día.
No cabe duda que el máximo beneficiado por estos avances es el asegurado, que podrá recibir ofertas personalizadas, una mejor atención y un servicio mucho más completo, ágil y rápido, casi en tiempo real. Para las aseguradoras, el precio de las primas tenderá a reducirse, por lo que deberán buscarse fuentes adicionales de ingresos. Para ello, frente a tantos datos, nada mejor que la imaginación para desarrollar nuevos productos como los que ya podemos encontrar: asegurar “momentos”, smartphones, y casi cualquier cosa que se nos ocurra, así como ofertas servicios extra a los asegurados.